Los niños al igual que los adultos, suelen comer con los ojos, y creen que echando mucha cantidad en el plato van a comer más.
Al final la mayor parte va para la basura, bien porque es mucha cantidad para que el niño se lo coma o bien porque no le gusta tanto como creía.
Puesto que en nuestro comedor los niños mayores sirven a los más pequeños y a ellos mismos, y para fomentar el consumo razonable, el reto de esta menana es:
ME SIRVO LO QUE VOY A COMER
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